La tele que tenemos

En los últimos días la televisión ha vuelto a superarse. Cuando uno pensaba que ya no podía caer más bajo, lo ha hecho. Y lo digo sobre todo por dos acontecimientos que os cuento ahora mismo:

- Lo de la Copa del Rey: el bochornoso espectáculo del otro día, más allá de las dos aficiones, tuvo un protagonista más que inesperado. Lo último que yo podía esperar era ver cómo al empezar a sonar el Himno español, los simpáticos de TVE conectaban con ¡¡San Mamés!! donde un reporterillo nos decía aquello de "San Mamés se viene abajo coincidiendo con la salida de los jugadores". Teniendo en cuenta que en ese momento sonaba el himno... bochornoso. Pero es que la broma no termina ahí, no. Como para disculparse o enmendarlo, en el descanso emitieron la secuencia del Himno Nacional y no tuvieron mejor idea que hacerlo retocando el sonido para que apenas se escuchasen los silbidos. ¿A quién querían engañar? Luego nos vienen con que fue un "error humano"... como si la maniobra no hubiese estado preparada. Y encima, sabiendo cómo funcionan estas cosas en este país, casi seguro que al que han despedido no tuvo nada que ver en el tongo.

- Asesinatos en antena: no sé si recordaréis el caso de Carlos Palomino. Un chaval de extrema izquierda que, resumiendo mucho, fue asesinado por otro de extrema derecha. Sin entrar a valorar la muerte ni las circunstancias en que se produjo... sí quiero referirme a lo que ha hecho la televisión últimamente. Veréis, el momento de la puñalada en el corazón fue grabado por las cámaras de seguridad del Metro de Madrid y, del modo que sea, el diario EL PAÍS las ha conseguido y no hace mucho. Lo siguiente ha sido que esas imágenes se han emitido en muchos (por no decir todos) canales de televisión y, encima, a cualquier hora. Además, esos vídeos están en internet por todas partes, empezando por Youtube. En mi opinión es nuevamente bochornoso que se muestren esas muertes en televisión, muertes en las que no media un accidente ni nada por el estilo sino que es la sangre fría de un ser humano la que en apenas un segundo destroza el mundo de muchas personas. Y eso lo sacamos en televisión para que todo el personal lo vea. A cualquier persona con un mínimo de sensibilidad esas imágenes le dejarían el cuerpo helado como me lo dejaron a mí cuando me asaltaron por sorpresa. ¿Es ésta la televisión que queremos?

PD: suelo enlazar algunas de las cosas importantes de que hablo. Con las imágenes de Carlos Palomino no lo voy a hacer porque lo considero de un mal gusto terrible. Quien lo quiera buscar que lo busque. Aun así mi consejo es que os ahorréis esa experiencia si tenéis, como decía más arriba, un mínimo de sensibilidad.