lunes, 21 de mayo de 2012

Del poder, el honor y la responsabilidad. (I)

Suele ocurrir con el ser humano que éste se siente atraido por el poder como los mosquitos con la luz. Y suele ocurrir que esa luz del poder ciega a las personas respecto de lo que éste esconde. Que no es que lo esconda para todos, pero sí lo esconde para muchos.

Y todo esto lo traigo a colación de la reciente toma de posesión de la Junta de la Agrupación de Hermandades y Cofradías, por ejemplo, y de tantas otras cosas que en mi día a día profesional me encuentro. Quiero decir con ello que esta reflexión viene por la Agrupación pero también por todas aquellas ocasiones en que, nuevamente por ejemplo,  personas, incluso de la misma familia, se disputan la administración de una sociedad mercantil. Lo que hay en el fondo de ambas cuestiones es el poder, la representación.

Y ocurre entonces que los menos avisados o más inexpertos se ven cegados por la gloria que esperan alcanzar, por el poder que empiezan a sentir en sus manos: "ahora mando yo", "voy a cambiar el Mundo", "saldré en todas las fotos", "mi firma será la buena" o simplemente, "en adelante llevaré vara de la Agrupación". Y cuando digo de la Agrupación también me vale "de mi Hermandad".

Es cierto que todas esas situaciones, todos esos cargos de los que vengo hablando otorgan un poder de decisión a quien los ostenta. Pero este humilde bloguero es de la opinión de que bastante mayor que el poder es la responsabilidad que le acompaña. O así debería ser. Por eso me extrañan ciertas situaciones de la vida cotidiana y me extrañan las formas de actuar de algunos cuando el poder llama a su puerta. Las cínicas sonrisas.

Y para que ningún cofrade piense mal lo diré alto y claro: creo que Encarnación Molina es plenamente consciente de que el cargo de Presidente/a de la Agrupación es una responsabilidad. Y confío en que la mayoría de las personas que componen la nueva Junta así deben pensarlo. ¿O acaso no van a saber el secretario o el tesorero -por citar los dos más visuales- que si falsean actas o cuentas se les podría exigir responsabilidad por cauces legales? Pues exactamente igual ocurre con el resto de miembros de la Junta, aunque en algunos casos los cauces legales sean lo de menos.

Con una sociedad mercantil ocurre lo mismo pero a un nivel más exagerado pues los que te vigilarán con lupa serán los socios, los trabajadores, aquellos otros con quienes te relaciones en el tráfico y, amigo mío, Hacienda y Seguridad Social.

Así pues, creo que todo el que asume o toma para sí un cargo que le da poder debe saber que sobre todo le hace responsable de sus actos. Y que lo debe sentirse es honrado por haber recibido la confianza de otras personas ya sean socios, hermanos mayores, hermanos cofrades o lo que sea.

Para que los demás veamos que han asumido la responsabilidad sintiéndose honrados por la confianza que en ellos se ha depositado y no meramente cegados por el poder que han recibido creo que la receta es sencilla: TRABAJAR. Y trabajar con humildad al servicio de quienes te han dado ese puesto. Sin mirar por encima del hombro al resto -común de los mortales-  y sin sentir que se tiene la sartén por el mango "y los demás que bailen a mi son".

Y no he hablado de los que más honrados se deberían sentir y más responsables deberían ser: los cargos políticos. Pero es que a éstos los tengo por un caso perdido.

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