martes, 9 de abril de 2013

Perdón, con Juan Jesús Sánchez.

Cofrade de Almería y buen conocedor de la Semana Santa de Sevilla y sus rincones con aromas de Madrugá y azahar, sobrino ni más ni menos que del genial imaginero Don Luis Álvarez Duarte. Poco más habría que añadir. Compagina el sabor a noche del Perdón con la alegría del alba que supone la Resurrección. Conviene no perder de vista lo que nos cuenta.

Foto: Antonio Navarro del Pino.
 
¿Eres hermano de la Hermandad? En caso afirmativo, ¿desde cuándo aproximadamente?

Ciertamente, no sé el año exacto en el que entré a formar parte de la Hermandad, pero alrededor del 2000. Año arriba o abajo.

¿Cuántos años has salido en procesión con ella?

Esta cuestión la ligaría mucho a la anterior, en tanto que desde entré a formar parte de la Hermandad, he procesionado con el Cristo del Perdón.

¿Qué puesto has ocupado este 2013 en la procesión?

El mismo que el de casi todos los hermanos, el de portar farol.

¿Qué es lo que te lleva a procesionar con esta Hermandad y en ese puesto?

Lo que me lleva a procesionar hoy en esta Hermandad Juvenil es exactamente lo mismo que el primer día que decidí formar parte de este grupo de personas con capuz negro el Martes Santo: la devoción, extrañeza y encanto que despierta este cortejo en los almerienses. De hecho, conozco numerosos casos de personas que incluso dicen de ver a la Hermandad en la calle por lo que le impone la imagen de un Crucificado despojado y rodeado de llamas.

¿Algún momento especial que quieras compartir?

Especial e íntimo para mí es el hecho de haber hecho el via-crucis de Silencio siempre descalzo, promesa que cada año varío -en cuanto a petición a Cristo- y que cuando decidí llevarla a cabo con doce o trece años, mi madre particularmente, se mostró preocupada por temas de salud. Luego se resignó y ya asume de buena gana que va a ver mis pies descalzos durante todo el cortejo.

¿Has percibido a la Cofradía mejor o peor que en años anteriores?

En lo concerniente a expectación popular la he percibido de modo muy similar a años anteriores, inclusive diría que mi percepción de la gente que nos ha seguido en determinados rincones del recorrido ha sido mayor (lo cual ya es difícil) que en años precedentes. En lo relativo a hermanos en las filas, en el momento de reunión en la SAFA me pareció que éramos un número más elevado que en 2012, pero es una opinión sin ninguna base científica. En definitiva, lo que sí que noto a ciencia cierta es una línea francamente positiva de trabajo desde la Junta de Gobierno que logra mantener dentro de la medida de lo posible el vínculo de todos los hermanos con la hermandad.

¿Algún punto negativo y confesable?

El punto negativo es muy subjetivo... Y es que mi vida ha estado y está ligada a la Compañía de María y que este año el recorrido haya elidido el Toque de Silencio en Obispo Orberá me ha causado cierta pena. Confío que en 2014 volvamos a ese punto de encuentro tan aclamado por los cofrades almerienses.

¿Algún comentario que quieras apuntar?

Que los almerienses no sólo muestren atención a hermandades ya consolidadas como esta, Pasión o Prendimiento, lo cual si fuera egoísta y conformista no diría. Que apoyen en lo que puedan a esas que con gran empeño están intentando emerger -bien el Resucitado, que como sabemos los cristianos es el momento de más auge de nuestra vida religiosa, donde Cristo vence a la muerte y se aferra a la vida, u otras como Unidad o Gran Poder que viven muy condicionadas por la lejanía de sus recorridos- y hacerse con un hueco en el corazón de la Semana Santa de la capital almeriense.

En general, ¿qué te ha parecido la Carrera Oficial?

Algo decepcionante, sinceramente. Desde la Organización, con muchas menos "sillas" que el año anterior, y entrecomillo porque donde la gente descansaba para verlas era una barra sin respaldo, como desde el apego (de muy más a menos) que los almerienses muestran por disfrutar el visionado de las hermandades desde aquí. Optaría, sin duda alguna, por hacer de la SAI Catedral el punto de paso obligado oficial de las hermandades; lugar de más fervor, de mayor lucimiento y evidentemente más cristiano.

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