sábado, 4 de diciembre de 2010

Rima XXXIII, Bécquer.

Dos rojas lenguas de fuego
que a un mismo tronco enlazadas
se aproximan, y al besarse
forman una sola llama.

Dos notas que del laúd
a un tiempo la mano arranca,
y en el espacio se encuentran
y armoniosas se abrazan.

Dos olas que vienen juntas
a morir sobre una playa
y que al romper se coronan
con un penacho de plata.

Dos jirones de vapor
que del lago se levantan,
y al juntarse allá en el cielo
forman una nube blanca.

Dos ideas que al par brotan,
dos besos que a un tiempo estallan,
dos ecos que se confunden,
eso son nuestras dos almas.

Hay tantas y tantas poesías que destacar en la obra de Bécquer que poner ésta aquí parece no hacer justicia a las demás, como poner cualquiera de las demás parecería no hacer justicia a ésta. Con el tiempo se irá subsanando tanta y tanta injusticia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario