miércoles, 30 de mayo de 2012

Del poder, el honor y la responsabilidad (II)

Con los riesgos que generalizar conlleva.

El poderciega al ser humano, lo embelesa y lo desarma. Son muchos los que lo dejan todo por el poder. Los hay, quizás más listos, que lo dejan todo por acercarse a una persona con poder. De este modo no dan la cara.

El honor es curioso. Son muchos los que creen que honran a su cargo y no al revés. "Lo verdaderamente grande de este cargo es que lo ocupo yo". Pueden llegar a pensarlo.

Y la responsabilidad en muchas personas ni está, ni se espera.

Guerras intestinas en los partidos políticos, en hermandades, en sociedades mercantiles, en asociaciones. Batallas temibles por presidir un club de fútbol. Auténticas barrabasadas por mantenerse en el poder una vez conseguido. Presidir un club de fútbol relativamente bien pero usarlo como herramienta para el lanzamiento de la carrera política personal. Miembros de la familia real con comportamientos más que dudosos. Altos cargos de la Administración untando sus narices con dinero de todos.

En definitiva, son cuestiones éstas que muchas veces nos muestran a personas tan envilecidas por el poder que terminan olvidando su responsabilidad y olvidando que lo honorable es el cargo.


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