miércoles, 27 de febrero de 2013

Alonsismo.

Crece el alonsismo como movimiento social paralelo al mourinhismo, fruto de la lealtad de Xabi a su entrenador y de toda la estética que le rodea; el encanto de lo pelirrojo.

Yo de pequeño era un rudo defensa esclavo del patapum p'arriba y fruto de ello nunca aspiré a ser un excelso Cristiano Ronaldo. El sueño más bien era ser Hierro, lo que hoy equivaldría a ser un apolíneo joven francés al que los españoles han de llamar /barán/. Que, ojo, porque corremos los madridistas el riesgo de creernos que el futbolista francés es elegante como lo fue Zidane o como lo es Varane, olvidándonos de que de tierras galas nacieron otros futbolistas como Petit, Dugarry o Christanval.

El caso es que entre el sueño osado de ser el mejor, el delantero regateador y goleador que todo lo puede; o ser el central resolutivo y elegante, bandera de un club; surge un sueño humilde y español de ser la bisagra que todo lo une, el punto de equilibrio del equipo. El jugador que se ofrece, se incrusta entre los centrales y desde ahí decide lanzar la ofensiva del equipo con un balonazo de 30 metros que no es más que un pase al pie o la carrera del extremo que se mueve. El jugador sobre el que se cimenta la defensa que habrá de ganar el campeonato y en el que nacen los chispazos que ganan los partidos. El Xabi Alonso del Madrid actual. 

Pocos piropos mejores he escuchado como aquello de "te das un aire a Xabi Alonso". Porque uno no sabe jugar a fútbol, pero sabe ponerle voluntad y moverse. A veces incluso ve el pase en largo con más facilidad que otros. Aunque otros sean más rápidos y sepan gambetear, cosas que a Xabi y a mí se nos escapan.

El caso es que mi caso, bella redundancia, es peculiar porque soy alonsista por Xabi, por Fernando y por mi novia. Que siendo Pérez Castro tiene retranca. Porque los Pérez somos orgullosos y somos legión, aunque está claro que nuestra fortaleza a día de hoy reside más en lo de ser muchedumbre que en las individualidades, pues más allá de Florentino y desde que Alfonso se lesionó en el 5-0 que impuso el Barça al Real Madrid en tiempos de Cruyff no encuentro rastro de Pérez alguno que merezca ser renombrado. Por mucho que luego marcase algún gol con la selección. Y de Caminero no quiero hablar, que siempre se olvidó del Pérez. Y en la recámara nos queda Rubalcaba, pero ahí es donde le gusta estar y pido a Dios que no salga. Y como Castro no tengo mucho que decir ya que ni somos tantos ni destacamos en grandes individualidades. Fidel y Raúl Castro merecen un espacio junto al bueno de Rubalcaba y deportivamente Rubén Castro, por mucho que el periodismo patrio lo quiera hacer internacional, no satisface los sueños futbolísticos de nadie.

Y todo esto que he contado está muy bien, pero falta lo mejor. Porque Xabi Alonso te enamora con sus pases y te desenamora con su trote un poco lento. Te enamora con su férrea lealtad al club y a su entrenador y te desenamora un poco con la gula del Norte, aunque es cierto que Puyi se puede merecer una invitación a lo que sea. Pero cuando Xabi te enamora definitivamente es cuando el Madrid gana 1-3 en el Campo Nuevo dejando al equipo del país pequeñito de arriba eliminado de la Copa del Rey y tiene los santos cojones patrios de dejar un tuit para la eternidad. Un tuit con un enlace a una fotografía. Esta fotografía:


1 comentario:

  1. Perdón?? como que "algún gol con la selección"?? Rindamos pleitesia al mago de las botas blancas!!!

    http://www.youtube.com/watch?v=jTZeycgafC0

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