jueves, 3 de julio de 2014

Corpus Christi, en Almería.

La procesión del Corpus Christi, que por importancia debería ser la primera de cuantas se celebran en un año, en Almería bien puede ser la penúltima. Y creo que esto merece alguna reflexión.

En mi opinión, algunos de los problemas de la procesión fueron:

- Las hermandades, estandarte en mano, entraron a la Catedral 5 minutos antes de empezar la procesión y por la puerta principal de la Catedral. Esto no se vio feo, se vio mucho peor.

- Unos altavoces bien grandes se intercalaban entre el cortejo (uno de ellos justo delante de la posición de mi hermandad) y no funcionaban. Dicho esto, debo decir que eran bastante feos con lo que desmerecían el desfila aunque, seguramente, el hecho de que no funcionasen sea una alegría en el fondo ya que el señor Torrecillas tiene una manera de cantar que no invita, digámoslo así, a celebrar nada. Y yo cantaré peor, claro, pero era un alivio no escucharle.

- El recorrido tenía un defecto gravísimo que es el paso por el estrechamiento entre las calles Trajano y Lachambre. Hay que decirlo bien alto: no es digno. Por mucho que quepa el paso con la Custodia, no es digno. Todos nos ahorramos 20 minutos o más de procesión pero no es digno. Y como no es digno, hay que decirlo.

- En ese punto del recorrido además los padres de los niños de Comunión ocupaban todo el callejón con lo que ellos mismos se convertían en el cortejo. ¿Es digno? No.

- Ver a tres señores haciendo un grandísimo (y digno de elogiar) esfuerzo por ir tirando de la custodia no ayuda a verla con el debido respeto. Creo que siendo yo cofrade y costalero no se me debe acusar de excesivamente capillita o vuelcapasos en según qué cosas, pero creo que a nuestro Corpus no le vendría nada mal un pasito a costal. Creo que dignificaría mucho el evento y, de paso, animaría a que hubiera más público en las calles.

- Hablando de público en las calles, apenas lo había. Y supongo que aunque sea en parte tiene que ver con alguno de los problemas antes mencionados.


Pero no todo fue negativo, hay cosas que sí me gustan:

  1. El esfuerzo de algunas hermandades por montar altares. Teniendo medios y patrimonio, me parece magnífico que haya altares al discurrir del Cuerpo de Cristo. Especialmente bonito lo que hizo Soledad en Santiago. Tan bonito que creo que los demás altares, bonitos y meritorios ellos, no soportaban ningún tipo de comparación con lo de Santiago.
  2. Las banderas en la Plaza de la Catedral me gustaron.

¡Y poco más que decir! Una procesión del Corpus que está un poco en baja forma pero que, pienso yo, no necesita demasiados cambios para dar el gran cambio que necesita.

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