jueves, 26 de febrero de 2015

La memoria y sus despistes.

Cómo es la memoria, cómo es la mente, cómo es la cabeza del ser humano.

El otro día y a propósito de un conocido que a raiz de un ictus había perdido la capacidad de hablar me dio por pensar en cómo nuestra mente de repente da un chispazo (no soy médico, ya sabéis) y se nos complica un montón la vida. Podemos incluso olvidar quiénes somos nosotros y quiénes son nuestros seres queridos. 

Qué jodida es una pérdida de memoria sobrevenida por cualquier motivo y qué jodido es algo como el alzheimer. ¿Cómo podemos olvidarnos de aquellas personas que lo son todo para nosotros? Hay literatura, hay cine sobre ello. También hay música, por ejemplo:



Y metido en la profundidad de esa reflexión, pensé también algo bastante más superficial: gran parte de lo que yo soy está aquí, en esta Terraza llamada de Cervantes. Aquí me encuentro con buena parte de mis aficiones, de mi día a día, de mis emociones y reflexiones. Encuentro una definición básica de quién soy contada por mí mismo y ahora encuentro también lo que he sido en cada Semana Santa que he participado en alguna procesión.

Falta quizás, si quisiera reconocerme a mí mismo, la muestra de mis afectos más sentidos, pero una cosa es mostrarse en la red tal y como uno es y otra es abrirse en canal a cuantos quieran asomarse. Quedan ocultos, por timidez o por vergüenza o porque sí o por lo que sea, los sentimientos más íntimos; pero lo demás está aquí.

Y por si perdiera yo el recuerdo de quién soy y quisiera yo mirarme en el espejo de unas letras, os adelanto que siempre pienso que todo cuanto tengo yo de bueno me viene dado por mis padres, y todo cuanto tengo yo de malo está en mí a pesar de ellos. Y que en mi vida me siento muy feliz por contar con la mujer que tengo y la familia más cercana que me acompaña aunque yo no siempre corresponda. También me siento feliz con los amigos que tengo y quiero en cada momento, aunque he de decir que la vida me enseñó que ni los amores familiares son eternos o imperativos, ni las amistades son necesariamente para siempre.

Y siguiendo con El Barrio concluyo: da gracias al sol que ha nacío / pues te has merecío vivir otro día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario