miércoles, 5 de julio de 2017

¡Cuidao!

La presentadora en una pose muy torera,
le falta el capote.
Hoy, en el telediario del mediodía en Cuatro, la presentadora Carme Chaparro ha anunciado la singular dureza de las imágenes que a continuación serían emitidas.

Para mi sorpresa, no se trataría de la liberación de un famélico Ortega Lara, ni de una brutal pelea a las puertas de una discoteca o junto a las vías del ferrocarril, tampoco sería un bombardeo en Siria, ni un ahorcamiento de homosexuales en cualquier territorio donde el Daesh se ha dedicado a ello, ni el cadáver de un niño a la orilla del mar. Se ve que esas imágenes son todas deliciosas o, cuando menos, muy normales y aceptables, casi enriquecedoras.

Lo que han mostrado a continuación han sido dos toros de los que llaman embolados, con fuego en los extremos de sus pitones, y encajonados de un camión instantes antes de ser soltados en las fiestas de sabe Dios qué municipio del, imagino, levante español.

Y no es que yo sea amante de esas fiestas, que no lo soy; pero que en el telediario avisen de la dureza de esas imágenes cuando día tras día nos muestran sin escrúpulo lo que es capaz de hacer el ser humano con sus congéneres es, desde luego, la enésima prueba de que nos estamos yendo a la mierda.

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