Hay que ser hermanos

El mundillo cofrade almeriense es un tanto complejo. Yo lo conozco sólo un poco y creo que hasta ahí quiero saber. Aunque me guste participar de algunas cuestiones y llevar p'alante la Prehermandad de Jesucristo Resucitado junto con el resto de sus miembros, lo cierto es que hay cuestiones que no me interesan y gente a la que no me desvela llegar a conocer. Creo que ya conozco suficiente.

Pero de entre los muchos problemas que puede tener nuestra Semana Santa, creo que hay uno de capital importante que los menos cofrades o incluso los no cofrades lo perciben perfectamente desde fuera y les genera un cierto rechazo. Luego nosotros lloramos con que los curas no nos quieren, la gente de las parroquias no nos quiere... etc. Creo que tenemos un grave problema porque falta HERMANDAD entre todos nosotros. No me vale con ser hermano de la gente de mi hermandad, tengo que ser hermano de todos los cofrades de Almería.

Que haya enfrentamientos y faltas de respeto entre gente de una misma Junta de Gobierno o de una misma Hermandad nos parece feo a todos, pero a veces vemos con normalidad que gente de una hermandad se pelee con gente de otra... peor que si esto fuesen equipos de fútbol. ¡¡Cuando nuestro único escudo de verdad es Cristo!!

Tenemos que ser tolerantes, respetar al vecino, cuchichear e insultar mucho menos. En todo esto internet hace mucho daño cuando lo usamos mal. Sobran los ejemplos.

Y no pretendo dar lecciones de moralidad ni ser ejemplo para nadie. Yo también cometo mis errores. Pero me asombra y me fastidia la facilidad con que los cofrades se faltan el respeto los unos a los otros. Cuando te pones traje, porque te lo pones. Cuando cargas en tres pasos, porque cargas en tres. Cuando cargas en uno porque es poca cosa. Cuando se tiene dinero, porque se tiene. Cuando el patrimonio es humilde, porque carece de valor. Y así hasta el infinito.

El día que todos los cofrades sintamos y vivamos en HERMANDAD global, ganaremos muchísimo ante todos aquellos que, siendo cristianos, no son cofrades. Y viviremos mucho mejor nuestra fe y nuestra propia vida.