jueves, 4 de agosto de 2011

Signos económicos externos

Sobre la economía se pueden leer muchísimas cosas en prensa, a cuál más terrible que las demás. Y muchas veces ocurre que las leemos y no entendemos lo que dicen, hasta el punto de que la prima de riesgo puede no pasar de ser un pariente o familiar de cuarto grado al que cada día vemos en prensa.

Las noticias sobre el paro sí las entendemos un poco más, aunque no llegamos a saber si las cifras que nos dan son ciertas o cómo andan de maquillaje. Qué pasa con los de los cursos, si pequeñas bajadas del desempleo en un mes como julio son significativas o no, cuántos de los que ahora trabajan no tienen contratos temporales, cuántas familias están con todos sus miembros en el paro, etc.

Pero lo cierto es que hay muchas cosas que se ven en la calle: gente rebuscando en contenedores, negocios vacíos, locales que cierran, numerosos carteles de se vende o alquila, etc.


A mí hoy me gustaría traer dos signos que no pasan de mera anécdota pero que están ahí, a la vista, en la calle y que están relacionados directamente con dos de mis pasiones: la Semana Santa y los coches.


El primero de ellos es que todavía en agosto vemos circulando por Almería autobuses urbanos recubiertos con imágenes de nuestra Semana Santa. Quizás se podría pensar que las hermandades contrataron el "anuncio" por muchos meses... pero yo más bien pienso que lo que ocurre es que no hay empresas interesadas en la publicidad porque no hay empresas con dinero para gastar en prácticamente nada. Y ahí sigue el Señor de la Sentencia y demás imágenes dando vueltas todavía cual Lunes Santo.




El segundo, relacionado con el automovilismo, es que como sabréis hace poco ha salido al mercado el nuevo Ford Focus. Con un diseño renovado, mucha tecnología y precios razonables sería lógico pensar que si su antecesor era el coche más vendido, estos nuevos Focus deberían venderse como rosquillas. Pues como diría Pérez Reverte, niet de niet. Creo que por la calle he visto dos unidades de este nuevo modelo. Y el coche gustará más o menos, pero indudablemente está llamada a liderar el mercado en situaciones normales. Queda claro pues que la de ahora es grave o gravísima, pero no es normal.


Son, como veis, dos tristes anécdotas de nuestro tiempo que, lejos de los tecnicismos de la prensa salmón y de lo desagradable de las cifras del desempleo, nos muestran simplemente dando un paseo por nuestras calles que vivimos una situación dura, que las empresas, auténtico motor económico de la sociedad, lo están pasando muy mal y que o esto cambia pronto o no alcanzamos a imaginar lo que puede llegar a pasar.

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