Si algo ha tenido para mí este fin de semana han sido toros, toros everywhere. Aunque bueno, en realidad todos ellos fueron en Roquetas de Mar con motivo de las fiestas de Santa Ana. Se han celebrado dos corridas de toros y una novillada en clase práctica. Pues bien, yo asistí a la novillada y al segundo de los festejos. Vamos con ello:
En la novillada participaron 6 alumnos de escuelas taurinas: uno de Écija, otro de Guadalajara y cuatro de Almería.
Lo más destacado de la tarde lo hizo José Cabrera en un estilo que desde luego no es el que más me gusta, pero ello no resta mérito a su labor ni nos debe hacer olvidar que desorejó a su novillo e incluso le cortó el rabo. Florituras, banderillas, vértigo, velocidad, fandismo. Esto del fandismo es una palabra que me he inventado para describir ese estilo tan espectacular de El Fandi que es casi contrario a lo que a mí me gusta ver en un torero. Tal vez otro día hablemos de ello.
El buen gusto lo pusieron Rubén Martínez y Sergio Roldán. El primero lidió un novillo que no le dio para muchas alegrías y el segundo lidió otro novillo que lo que le dio fueron varios revolcones. Fue una paliza en toda regla de la que espero que Sergio saque unas cuantas lecciones que sin duda sus maestros le sabrán indicar. En su defensa diremos que el novillo tenía peligro (el que más) y que sobre todo por el pitón izquierdo era "una mala bestia".
La mala suerte la tuvo el almeriense Alejandro Pérez cuyo novillo mostró una aguda querencia a la puerta de toriles y al que intentó descabellar sin mucha fortuna. Desde luego hay que seguir aprendiendo, como corresponde a un alumno.
De los dos foráneos únicamente quiero destacar que me pareció chocante que el alumno de Guadalajara al recibir a su novillo no le dio ni un solo capotazo por verónicas. Ni uno. Esto me parece mal...
En cuanto a la corrida de toros, intentaré ser breve. En primer lugar fantástica entrada en el coso roquetero. Y el ambiente... pues muy festivo y tal, como siempre con los 4 ó 5 borrachos que estarían mejor en su casa.
Padilla estuvo bien, muy bien. No es mi estilo pero le reconozco a él un mérito muy especial. Ponerle rostro a la expresión "están hechos de otra pasta" ha debido ser durísimo para él. El gusto de ovacionarle con cariño e intensidad no me lo quita ya nadie. Y el gusto de ver salir por la Puerta Grande a un luchador de la vida, a un loco del toro.
Juli tuvo mala suerte con su lote, malísimo. Aun así estuvo voluntarioso o al menos eso me pareció. La oreja que cortó me pareció excesiva salvo que la veamos como un premio al esfuerzo y al estoconazo en su segundo toro, que fue muy bueno (el estoconazo).
Talavante lo ve claro, lo ve fácil y se recrea por ello. Juega con sus toros y hace pases sorprendentes con la muleta. Con el capote está a la altura. Cuando fue a matar a su segundo hubo algún pitido y algún grito pidiendo el indulto al animal. Talavante hizo caso omiso de los mismos y se limitó a ser un profesional. Esto contrasta con la actitud nada ética ni profesional de Manzanares el pasado año (leer aquí). Vaya por ello también mi enhorabuena al maestro Talavante con mi deseo de que esta temporada siga avanzando tan redonda como la lleva.
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