jueves, 24 de octubre de 2013

Celebración de eventos.

La vida puede verse de muchas formas. En la entrada anterior se vio como un regalo. Podemos verla también como un mero viaje en el tiempo, como el previo a la muerte, como una sucesión de momentos. Podemos adquirir frente a ella una visión optimista o pesimista. Infinidad de visiones a cual más acertada o disparatada. ¿Quién lo sabe aquí? ¡Vivir es respirar! Y sin embargo pareces vivir más cuando pierdes el aliento.

El caso es que no para y no vuelve. Personalmente, esto es lo que más miedo me da: las cosas que no tienen vuelta atrás. Me pasó el día que me hice añicos el tobillo y me ha seguido pasando con algunas cosas que ocurren, que las ves a tu alrededor. ¿Cómo es posible que hace 5 segundos yo estuviese corriendo y ahora vaya a tener un tobillo destrozado para el resto de mi vida? Ya digo, me dan miedo las cosas que no tienen arreglo, que ocurren y ya está.

Por esto y por muchas cosas más creo que debemos disfrutar la vida, verla como un regalo y con talante optimista. Hay que vivirla y hay que disfrutarla. Debemos ser cada uno de nosotros protagonistas de nuestras vidas. Y debemos hacerlo de tal modo que con el tiempo, hayamos generado una bonita base de datos de recuerdos.

Yo pruebo a recordarme a mí mismo cuando era pequeño y a veces casi me emociono al sentir que fui un niño esencialmente feliz. Qué suerte y qué alegría.

El caso es, y no sé bien por qué he escrito todo lo anterior, que en esa misma línea de seguir viviendo mi vida, disfrutándola y tejiendo una magnífica red de buenos recuerdos voy a casarme (vamos a casarnos, mejor dicho) en 2014. En concreto, un 3 de mayo como otro cualquiera y tan diferente a todos los demás.

Hagamos, también, el humor.
Sin prisa, de manera calmada, preparamos ahora un día que queremos que sea muy "nosotros" y especial. Especial, ojo, no significa grandes cosas materiales. De hecho, en todo eso pretendemos que sea bastante sencillo (en contra de lo que muchos podrían esperar; un poco como cuando me compré un Mitsubishi y muchos se quedaron esperando el Mercedes). Algo así.

Como decía, que sea muy "nosotros" y especial. Para ello es importante que nos acompañen las personas que queremos. Cerrar los ojos, imaginarte un grupo de gente y que ese grupo de gente esté allí, contigo, ese día. Esto es lo más difícil de todo, porque al mismo tiempo que quieres eso, no quieres hacer una boda de 500 invitados, por decir algo. A veces hay que ser más selectivo de lo que uno quisiera. Aunque imagino que muchos lo agradecerán.

Por hacer un comentario, uno cualquiera, diré que ahora, en estos días de cursillos prematrimoniales, estamos pensando también en cómo queremos que sea la celebración, pero la celebración de verdad: la ceremonia en la Iglesia. Nos hace mucha ilusión cuidar las lecturas y que éstas tengan un verdadero significado que nos permitan vivir el momento como lo que es: la celebración verdadera y consciente (por edad, mucho más que en la Confirmación) de un sacramento.

Así pues, la Terraza de Cervantes se convierte también ahora en un lugar para la celebración de eventos. ¡Qué locura!

1 comentario:

  1. Que falta hace de conciencia en la gente que se casa del penúltimo párrafo que has escrito. ¡Soberbio!.

    Ric.

    ResponderEliminar