viernes, 19 de febrero de 2016

Un fin de semana especial.

Llega un fin de semana cuaresmal y de emociones fuertes. Por jugar a ordenar los hechos de manera cronológica, lo haría del siguiente modo:

El sábado, en algún momento de la tarde, pasaré por Santa María Magdalena a besar el pie de la imagen de Jesús de Humildad y Paciencia en su coronación de espinas. Cita anual que los cofrades, en conjunto, deberíamos tomarnos un poco más a pecho. Esa cercanía con la imagen a la que le rezas y le tienes devoción, en un ambiente que invita al recogimiento, es algo que debemos aprovechar. La luz tenue en la Iglesia, las velas encendidas en torno a la imagen, ésta a una altura accesible, el olor a incienso, la música, generalmente cantos gregorianos... Momentos que son, de verdad, alimento para el alma.

El mismo sábado, en la tarde noche, espero poder pasar por la Compañía de María para escuchar el pregón del costalero que este año corre a cargo de un buen amigo de esta casa: Jorge Ponce. Desde luego estoy plenamente convencido de que lo hará extraordinariamente bien y calará con sus palabras a todos los allí presentes. Habrá también un concierto de la joven Banda de Cornetas y Tambores del Carmen, de Almería.


Y el domingo llegará el que para mí, por motivos evidentes, es el plato fuerte de la semana: a las 12 comenzará el acto de presentación del cartel de la Hermandad de la Macarena, de la Parroquia de San Ildefonso, de Almería. La presentación, por cierto, corre de mi cuenta. A mí me presentará José Antonio Sánchez Sánchez, del que soy fiel escudero y no al revés, aunque en esta ocasión pudiera parecerlo. En el acto además disfrutaremos de un concierto de la Banda de Cornetas y Tambores Santa Cruz, de Almería.

Responsabilidad, honor, orgullo, nervios, ego, miedo, vanidad. El potaje de sentimientos es curioso, y cierto como la vida misma. La responsabilidad de presentar el cartel de una Hermandad como la Macarena es importante; el honor por ser elegido para tal fin es evidente; honor que al mismo tiempo es orgullo que satisface el ego y da un puntito de vanidad; los nervios propios de cuando se acerca el momento y el miedo que da el atril vacío, expectante, cuando nadie ya lo puede ocupar salvo uno mismo.

Espero de corazón disfrutar del fin de semana; y que quienes me acompañen lo hagan conmigo.

Por cierto, el cartel que voy a presentar es un gran cartel. Va a entrar sin lugar a dudas en el Top 3 de esta Semana Santa de Almería 2016. Y no porque lo presente yo, ni mucho menos; sino porque la fotografía verdaderamente da para eso.

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