martes, 23 de julio de 2019

La imagen del Señor de la Vida y su pergamino.

Maqueta del futuro misterio.
A estas alturas, para quienes mínimamente me conocéis, es completamente innecesario que os detalle mi vinculación con la Hermandad del Resucitado de Almería. Lo que quizás sí está bien que os cuente es que hace unos días una expedición de la Hermandad estuvo presente en el taller del imaginero José María Leal para seguirle la pista a los avances que va experimentando la imagen de Jesucristo Resucitado, Señor de la Vida.

El viaje resultó muy satisfactorio, tan emocionante como aquéllos otros en que conocimos la maqueta o pudimos ver un primer busto del Señor; pero con un aroma a definitivo que lo hace aún más especial. Quizás cuando esté la imagen ya bendecida en Almería, podamos hablar un poco más de todo ello.

Hoy querría abundar en algo más concreto: es frecuente que en las imágenes sagradas se introduzca algún documento en el que consten algunos datos relativos a su autoría, fecha, promotores, etc. Desde la Hermandad hemos promovido la idea de que quien quiera colaborar con un cierto importe económico a la llegada de la imagen a Almería pueda hacerlo, obteniendo como "recompensa" la inscripción de su nombre y apellidos en el pergamino que se introducirá en la imagen y en el que esperamos contar con muchos colaboradores, bastantes de los cuales ya se han subido a este carro. Como quiera que la introducción del pergamino se hace en el marco de una ceremonia íntima, la idea es que puedan acceder a la misma aquéllos cuyos nombres figuren en la lista de colabores. En ese momento, previsto para el 26 de octubre, podrán ver la imagen del Señor a falta de los últimos retoques de talla y de la policromía, lo que en sí mismo es un aliciente notable ya que se estarían adelantando unos 4 meses respecto de la bendición, cuando la imagen sería accesible a todo el público.

De momento, se están recibiendo aportaciones a la campaña de distintos tipos: unos para inscribir su nombre, otros el de su familia, hay quien inscribe a sus hijos a modo de regalo a perpetuidad para ellos e incluso hay quien ha querido inscribir el nombre de algún ser querido que ya no está en este mundo. Encuentro en esta iniciativa una parte emocional muy importante y es que se me eriza la piel al imaginar un Domingo de Resurrección con el paso del Señor avanzando hacia mi posición y sabiendo que en el interior de esa imagen, que representa tanto, estará mi nombre con el de mis seres queridos: mis padres, mi hijo y demás familia, incluso mi abuelo, quien siendo hermano de la Hermandad, falleció antes de que nos acercáramos siquiera a esta etapa tan ilusionante. Se me antoja como una forma simbólica de estar todos juntos y en comunión con el Señor. Ni que decir tiene que aquí no se venden indulgencias ni plegarias, simplemente se brinda la posibilidad de un sentimiento muy especial como agradecimiento a todos los que quieran colaborar en esta ingente empresa.

Como no podía ser de otra manera, invito a todos los lectores a interesarse por esta iniciativa y, si creen que les encaja para ellos o para alguien querido, pueden directamente contactar conmigo por cualquier vía y encantado les resolveré las dudas que puedan surgir.

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