Hace escasos días, Almería se despidió de uno de sus vecinos destacados, los conocidos y reconocidos: Fausto Romero-Miura. Para mí, que creo que nunca he llegado a hablar con él, será siempre una de esas personas que conforman el paisaje urbano de la Almería de mi infancia y juventud. A fin de cuentas, se movía por los mismos lugares por los que yo me muevo, aunque lógicamente de manera muy distinta. El Derecho, la Universidad, la Semana Santa, los toros. Los mismos entornos.
No obstante, pese a no haber hablado nunca con él, me costará olvidar el texto con el que hizo pública su enfermedad en La Voz de Almería y que comenzaba así: "Tengo cáncer. De pulmón. Lo he asumido con normalidad".
Lo enlazo porque me parece muy interesante: Tengo cáncer - La Voz de Almería.
Como no podía ser de otra forma, hay espacio para la melancolía, pero lo que el texto rezuma es filosofía. Qué importante es pensar, tratar de discernir el sentido de las cosas, conocernos, observarnos a nosotros mismos en nuestro entorno... y qué poquito lo hacemos, seguramente porque de hacerlo, hasta nosotros mismos (generalizando mucho, oféndase quien quiera) nos avergonzaríamos.
A veces pienso que la gente con personalidad nos llama la atención y hasta nos parecen pequeños locos, cuando seguramente sean los más cabales. ¿Qué puede ser más cabal que vivir la vida siendo uno mismo, conforme a tus propios principios y disfrutes? Yo, que tantas veces aspiré a ser más normal que la propia normalidad, le reconozco eso y más al señor Romero-Miura, que en paz descanse.
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