martes, 17 de septiembre de 2019

La rutina

A propósito de la vuelta al cole, al trabajo, a los horarios habituales (los que no son de verano) y, en definitiva, de la vuelta a la rutina, se me viene a la cabeza el texto que publicó hace unos días en su blog Alberto Gutiérrez y que podéis leer pinchando AQUÍ. Viene a decir Alberto que nos hemos autoimpuesto la obligación sí o sí de hacer cosas emocionantes, divertidas, memorables en cualquier brecha de tiempo libre que encontremos en nuestra agenda semanal. Y yo creo que en gran medida tiene razón cuando habla del cierto estrés que esto puede generar.

Internet y las redes sociales han llenado nuestras vidas de gurús del arte de vivir que nos bombardean continuamente con fotos idílicas y frases guays; no sé muy bien si para hacernos creer que nuestra vida es una mierda, o simplemente para convencernos de que podríamos aspirar a una vida mejor. El caso es que, como sociedad vista en conjunto, nos encanta seguir a estos agentes y regalarles likes a diestro y siniestro.

En un plano más terrenal, del terreno que pisamos, septiembre tiene siempre ese sabor a comienzo de curso y vuelta "a lo de siempre". Septiembre puede ser mucho más enero que el propio enero, hé ahí la paradoja.

En mi caso, este septiembre es el primero de mi peque en el cole; con lo que en realidad estoy volviendo a una rutina que nunca tuve, si es que se puede utilizar esta expresión. Toca adaptarse a una situación nueva, con todos los generosos aditivos que la vida me regaló y que no hacen sino un poquito más difícil -o eso me parece- el encaje de bolillos. Y esto es nada comparado con lo que parece estar viviendo el más joven de la casa.

Que la rutina ordena la vida lo escuché el otro día. Falta ahora comprobar, cuando lo nuevo quede convertido en rutinario, si se consigue tal extremo.



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