martes, 15 de octubre de 2019

El microrrelato del relojero.

Me recuerda a un reloj, pero no a uno cualquiera, sino a uno que deba ser afinado de manera artesanal, primorosa y casi constante. Un reloj, sin duda, del que poder presumir.

Resultado de imagen de reloj bolsillo dibujoY es así que tiene a su propio relojero, el que lo pone en hora. A veces le lleva días, pero cuando el reloj llega a su punto, no hay para él mayor satisfacción.

Pero como quiera que el reloj es uno de esos de los que permiten presumir a quien lo porte, el relojero tiene en ocasiones que separarse de su más querida posesión para que otros la luzcan. Y cuando vuelve el reloj a su poder siempre es una incógnita saber cómo de desajustado volverá, siendo la única certeza que el reloj tiende, como si fuera su naturaleza cuando realmente no puede serlo, a volver con la hora cambiada.

Por eso, entre otras muchas cosas que algunos no quieren entender, a nuestro relojero no le gusta separarse de su preciado tesoro. Pero también por eso, qué remedio, en el reencuentro vuelve a poner a cero el contador del primor, para que cada aguja vuelva a caer en su sitio, lo que consigue con amor, generosidad, respeto, tranquilidad y cuidado. No hay mejores herramientas para volver a poner un reloj en hora.

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