viernes, 29 de septiembre de 2023

De todo

Dicen que si metes a una rana en una olla y vas calentando el agua poco a poco, el animal no percibe el cambio en la temperatura del líquido elemento y puede incluso llegar a morir plácidamente al encontrarse en agua hirviendo. Parece ser que esta fábula no es más que eso, pero recuerda a cómo pasamos día tras día ante el espejo y encontramos que los ojos que nos devuelven la mirada son los mimos que lo hicieron el día anterior o hace 30 años. Pero de repente ves una fotografía, un vídeo o repasas ciertos hechos y te das cuenta de que los ojos son los mismos, pero son diferentes; y de que la vida pasa, pero no siempre como debiera.


Al tipo le iba bien, en general. Como suele decirse: sin entrar en detalles. Tenía un buen trabajo en una multinacional importante, una esposa fantástica y unos hijos a la altura. ¡Qué envidias despertaba! Sus días pasaban entre ocupaciones de toda clase: por supuesto, las profesionales; también las familiares y, cuando podía, trataba de hacer algo de deporte y contribuir con algunas causas sociales y altruistas en su comunidad.

Ya hacía tiempo que había renunciado a la eternidad, incluso a la trascendencia. Aspiraba a cosas más sencillas: conservar su trabajo, disfrutar de su familia, educar a sus hijos para que fueran buenas personas y, quizás, tratar de ser mejor cada día, en un sentido amplio.

Un día se miró al espejo con ojos de otro, como escrutado por un observador ajeno, y todo lo que solía ver pareció venirse abajo. No era el niño que él veía, tampoco el hombre que creía ser; sus éxitos eran fácilmente imputables a otros o a la fortuna; sus virtudes eran bromas de mal gusto al lado de sus defectos. No era un esposo aspiracional, ni un padre perfecto, tampoco notable. Como hijo, ya hacía tiempo que habían estallado sus costuras y en el campo profesional parecía vivir de las rentas. Con todos estos ingredientes, hundido en una atmósfera en ebullición que siempre pareció respirable, concluyó que estaba en el mundo porque tenía que haber de todo.

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